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Giuseppe Diodato
Manager
Irene Vitali
Retail & Consumer Goods Senior Consultant
Lorenzo Canale
Senior Consultant

Digital Product Passport: qué es, cómo funciona y por qué es una innovación crucial

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Con la aprobación por parte del Consejo Europeo del texto definitivo relativo a los requisitos de Eco-Diseño para productos sostenibles, muy pronto la Unión Europea impondrá requisitos de transparencia más estrictos en relación al ciclo de vida de los productos – y las materias primas de las que están compuestos – vendidos en los Estados miembros, promoviendo así principios de sostenibilidad y prácticas de economía circular, con el fin de proporcionar a los consumidores la información necesaria para comprar de manera más consciente (véase el párrafo “El marco normativo en el que se inserta el DPP: un recorrido desde el origen hasta la actualidad” para más detalles sobre el recorrido hasta hoy). Con la aprobación del texto y la posterior publicación en todos los idiomas de la Unión, se introducirá – y se hará obligatorio – el Pasaporte Digital del Producto, que dará lugar a una transformación concreta del sector y afectará a todos los actores involucrados en la cadena de valor, desde las fases de aprovisionamiento hasta la distribución a los consumidores finales.

¿Qué es el DPP?

El Digital Product Passport – conocido comúnmente por sus siglas DPP – es una herramienta que identifica de manera única todo el ciclo de vida de un artículo, desde el momento en que se concibe hasta cómo debe ser desechado. Se trata de una recopilación minuciosa de toda la información relativa al producto en cuestión, desde el tipo de materia prima utilizada para su realización, los procesos de producción empleados para su fabricación, incluidos datos como el uso de agua y energía y el posible uso de agentes químicos, hasta elementos relacionados con la cadena de suministro. En otras palabras, es como si estuviéramos ante un gemelo digital del producto real, capaz de revelar la historia y la composición del artículo que tenemos en nuestras manos.

Implementación y accesibilidad

Para 2026-2027, cada producto textil vendido dentro de los límites de la Unión Europea deberá poseer este tipo de pasaporte, al cual – presumiblemente – se podrá acceder mediante sistemas ya conocidos, como un código QR escaneable, un chip NFC (Near Field Communication) o una etiqueta. Se trata de una herramienta de máxima transparencia, funcional para poner en práctica la Estrategia Europea para Textiles Sostenibles y Circulares, destinada a contener los desechos y proteger el medio ambiente y las personas. El objetivo final de esta estrategia es garantizar que, para 2030, todas las prendas textiles producidas en el territorio de la Unión cumplan con rigurosos estándares ambientales, haciéndolas más duraderas, reparables y reciclables.

Solo por poner algunos ejemplos, entre las directrices europeas se encuentra la solicitud de preferir en la realización del producto fibras naturales y biodegradables, además de un diseño de los artículos que pueda favorecer la reutilización de la prenda una vez que haya llegado al final de su ciclo de vida; pero también de preferir siempre procesos productivos que sean eficientes desde el punto de vista del consumo. En este escenario, el DPP puede convertirse en un elemento clave, capaz de reinventar las reglas del juego. Imponiendo el pasaporte digital del producto en sectores cruciales, como el textil, la Unión Europea demuestra su intención de honrar su compromiso con un futuro sostenible y de promover la transición a una economía circular.

¿Qué información contiene el DPP? Breve profundización técnica

El Pasaporte Digital del Producto se inserta en el marco normativo del Reglamento de Ecodesign para Productos Sostenibles (ESPR) que ha recibido recientemente la aprobación final del Consejo Europeo y pronto se convertirá en ley. A pesar de que la Comisión Europea aún no ha emitido decretos específicos que acompañen el reglamento ESPR, el contenido del pasaporte digital de los artículos textiles está mayormente delineado.

Específicamente, entre los elementos clave del DPP se deben mencionar:

  • Identificador único del producto
  • Código GTIN (Global Trade Identification Number), según la norma ISO/IEC 15459-6 o equivalente, de los productos o de sus partes
  • Códigos pertinentes de los productos, como el código TARIC (tarifa integrada comunitaria)
  • Información y documentación de conformidad, como la declaración de conformidad, la documentación técnica o los certificados de conformidad
  • Manuales de usuario, instrucciones, advertencias o información de seguridad, prescritos por otra legislación de la Unión aplicable al producto
  • Información sobre el fabricante
  • Identificadores únicos del operador distintos del fabricante
  • Identificadores únicos del sitio
  • Información sobre el importador

Temas cruciales relacionados con el DPP

Desde el punto de vista técnico, es importante mencionar algunos temas cruciales a los que se refieren las informaciones que cada pasaporte digital debe contener:

Identificador único: cada producto deberá estar vinculado a un identificador único, cuyo detalle se proporcionará en los actos delegados, tanto en términos de nivel de detalle (modelo, lote o artículo único) como de requisitos semánticos y sintácticos a aplicar;

Data carrier: el portador de datos a través del cual el código único del producto se vinculará a los datos relacionados deberá estar físicamente presente en el producto, su embalaje o la documentación acompañante;

Granularidad de la información a proporcionar: por ejemplo, el modelo de producto, lote o artículo. Aunque actualmente no existe una orientación específica y todo dependerá de lo que se informe en los decretos de aplicación del reglamento, aún no publicados;

Interoperabilidad: el reglamento ESPR prevé que los pasaportes sean “totalmente interoperables con otros pasaportes de productos”;

Derechos de acceso: el acceso a los datos deberá permitirse a diferentes operadores según el rol del usuario final, ya sea que se trate de consumidores, operadores económicos, sujetos autorizados para la inserción, modificación y actualización de datos u otros sujetos interesados;

Integridad de los datos: entre los requisitos técnicos proporcionados por la normativa también se pone el énfasis en temas de autenticación, fiabilidad e integridad de los datos. En particular, se requiere a los operadores “garantizar un alto nivel de seguridad”.

Además, la Comisión Europea tendrá la tarea de establecer y mantener, a través de actos delegados apropiados, un registro en el que se conservará toda la información contenida en los pasaportes de los productos. Esto implicará un nuevo nivel de complejidad ya que los operadores del mercado deberán equiparse con sistemas de transmisión de información que permitan enviar, modificar y actualizar los datos archivados en este registro.

En cuanto al portador de datos, basado en las discusiones promovidas por la Comisión (y consultables en el canal de EU Growth), surge la necesidad de implementar un portador que proporcione información estratificada y permita mostrar los datos tanto offline como online, de forma pública o restringida. Esto surge de la necesidad de poner la información a disposición de diferentes usuarios y está estrechamente relacionado con el tema del acceso a los datos. Además, de esta manera, la consulta del pasaporte será posible también en los periodos posteriores a la compra.

Aunque no se han dado directrices precisas respecto al formato que deberá tener el portador de datos, se presume que se recurrirá a soluciones ya en uso por varios productores, como códigos QR, códigos de barras, RFID, marcas de agua, NFC. Además, aunque aún no se ha aclarado cuánto tiempo exactamente deberán conservarse las informaciones sobre el producto, ya surge la duda relacionada con el factor de deterioro del portador de datos: si el DPP está incorporado en el artículo mismo, será necesario que este sea lo más resistente posible a fenómenos de degradación, como por ejemplo el uso frecuente o el lavado en el caso de la ropa.

DPP, ¿qué impacto tiene sobre los operadores?

El Pasaporte Digital del Producto se califica como una herramienta crucial, capaz de revolucionar la forma en que las empresas operan y se relacionan con clientes y proveedores. La adopción del DPP, de hecho, pone un énfasis considerable en la necesidad de rastrear toda la cadena productiva. Esto se traduce no solo en la posibilidad de tener una visión clara y detallada de cada fase de la producción, desde el origen de las materias primas hasta el producto terminado, sino también en la garantía de que toda la información recopilada sea precisa y fácilmente accesible.

Sin duda, se trata de un desafío significativo ya que requiere la implementación de sistemas avanzados de rastreo y la estrecha colaboración entre todos los socios de la cadena de valor. Sin embargo, también representa una gran oportunidad para mejorar la eficiencia operativa, optimizar la gestión del inventario y reducir los desechos, contribuyendo así a una mayor sostenibilidad de los procesos productivos. Gracias a la introducción del DPP, las empresas se sentirán cada vez más impulsadas a adoptar un modelo de desarrollo sostenible, identificando las materias primas más respetuosas con el medio ambiente y optimizando el uso de los recursos disponibles para contener los desechos.

En este contexto, la iniciativa legislativa de la Unión Europea se distingue por ser pionera y visionaria en su objetivo de transformar las dinámicas actuales del mercado. De esta manera, las empresas estarán obligadas a adaptarse y renovarse para formar parte de un ecosistema totalmente transparente, gracias a la compartición de información específica relativa a cada producto vendido en el ámbito de la Unión Europea. También se beneficiarán los consumidores finales, que estarán en condiciones de tomar decisiones plenamente conscientes. Pero de este tema nos ocuparemos más detalladamente en los párrafos siguientes.

La relación entre empresa y cliente: transparencia sobre los proveedores y gestión del acceso a la información

El DPP exige a las empresas ser transparentes no solo sobre el producto final, sino también en lo que respecta a sus proveedores. Esto implica la divulgación de información que podría considerarse sensible o competitiva. Este paso es, por tanto, un elemento crucial: las empresas deberán definir políticas claras sobre qué datos compartir públicamente y cuáles mantener reservados, equilibrando la necesidad de transparencia con la de proteger la propiedad intelectual y la competitividad.

En este sentido, el pasaporte digital no solo incentiva a las empresas a seleccionar proveedores que cumplan con altos estándares de calidad y sostenibilidad, sino que también las empuja a considerar sus propias estrategias de compartición de información en el marco de la aplicación de la normativa europea y los actos delegados correspondientes. Indudablemente, se trata de un cambio de enorme envergadura para las empresas. Si bien comporta desafíos relacionados con la necesidad de monitorear toda la cadena de suministro y la gestión del acceso a la información, también ofrece ventajas distintivas en términos de comunicación con los clientes y valorización de la ética, la sostenibilidad y la confianza vinculada a la marca, elementos cruciales para la fidelización del cliente. Las empresas que sepan aprovechar estas oportunidades podrán no solo mejorar su imagen y la relación con los consumidores, sino también posicionarse como líderes en la innovación sostenible del mercado de referencia.

¿Qué piden los consumidores?

Para las empresas, el pasaporte digital se convierte en una herramienta a través de la cual ofrecer respuestas claras a las crecientes exigencias de los consumidores, que estarán en condiciones de tomar decisiones de compra cada vez más conscientes y respetuosas del medio ambiente, hasta llegar a influir, con su comportamiento, en la demanda del mercado hacia productos más sostenibles. Los clientes estarán, por tanto, cada vez más satisfechos al tomar sus decisiones de compra con un espíritu crítico. Las empresas, por su parte, valorizando la unicidad de sus productos gracias a las garantías exigidas por el DPP, tendrán la oportunidad de diferenciarse de la competencia. Se deduce que quienes trabajen mejor probablemente serán recompensados por el sistema.

El marco normativo en el que se inserta el DPP: un recorrido desde el origen hasta la actualidad

En noviembre de 2019, la Comisión Europea presentó una estrategia, denominada Pacto Verde Europeo (o “Green Deal europeo”), articulada en una serie de planes de acción dirigidos a diferentes sectores, con el objetivo de concretar el compromiso europeo de alcanzar la neutralidad climática. De este modo, la Unión Europea comenzó a perseguir y diseñar estrategias de crecimiento que incluyeran una adaptación a los cambios climáticos y a las necesidades del medio ambiente. En particular, el Pacto Verde Europeo – parte integrante de la Agenda 2030 de la ONU – llevó a la declaración del ambicioso objetivo de reducir las emisiones de gases de efecto invernadero en un 55% para 2030, en comparación con los niveles de 1990.

Cumpliendo con los compromisos del Pacto Verde Europeo y del Plan de Acción para la Economía Circular (“Circular Economy Action Plan – CEAP”), la Estrategia de la UE para un Textil Sostenible y Circular (“Textile Strategy”) aborda el problema de las emisiones relacionadas con los productos textiles, teniendo en cuenta todo su ciclo de vida. Así, se preocupa por proponer acciones coordinadas para cambiar la forma en que producimos y consumimos los artículos del sector textil. El objetivo de la Textile Strategy es hacer que el sector textil sea más sostenible, competitivo y resiliente a los choques globales. En esta perspectiva, la visión de la UE, a concretarse para 2030, prevé que solo los productos textiles duraderos, reparables y reciclables tengan las características necesarias para ser comercializados en el mercado europeo.

Entre las acciones visionarias previstas por la Estrategia para Textiles, se encuentra el compromiso de la Comisión Europea de aumentar la transparencia de los procesos dentro de la cadena de valor del sector. Y es precisamente en este ámbito donde se inserta el nuevo Reglamento sobre el Diseño Ecológico de Productos Sostenibles (o “Ecodesign for Sustainable Products Regulation – ESPR”), que pronto verá la luz de manera oficial, tras la aprobación final por parte del Consejo Europeo (se espera solo la publicación en el Diario Oficial).

Para tener una idea de los impactos que este reglamento traerá a la Unión Europea, es posible consultar el análisis que acompaña la propuesta de marzo de 2022, que preveía la adopción por parte de la Comisión de hasta 18 actos delegados para 2027 para dar seguimiento a las reglas contenidas en el mismo. Entre las diversas novedades, el ESPR introduce precisamente el Pasaporte Digital del Producto (DPP). Este reglamento se aplica en realidad a cualquier bien físico introducido en el mercado o puesto en servicio, incluidos los componentes y productos intermedios, con excepción de algunas categorías de productos, como alimentos, piensos y medicamentos. La línea de tiempo por el momento sigue siendo provisional, pero se estima que la aplicación de los requisitos normativos podría comenzar entre 2026 y 2027.

Mientras la UE sigue trabajando en una normativa común, Francia representa una excepción porque el gobierno ha adelantado mucho los tiempos promulgando la ley AGEC (Anti-Gaspillage et Economie Circulaire), o ley anti-desperdicio, ya en febrero de 2020. Cinco artículos de esta ley, que entró en vigor en enero de 2023, introducen cambios significativos para la industria textil y del calzado francesa, ya que buscan transformar los hábitos de producción y consumo, pasando del ya consolidado modelo lineal a un nuevo enfoque circular, con el objetivo de limitar los desperdicios y preservar los recursos naturales, la biodiversidad y el clima. En particular, la ley AGEC armoniza, enmarca y especifica, en términos de contenido y presentación, una serie de indicaciones ambientales. En esencia, prevé la obligación para los productores que operan en Francia de publicar, a través de herramientas y plataformas digitales, una ficha de producto que ilustre las cualidades y características ambientales de los modelos vendidos en el territorio francés (reglas aplicables también a los productores europeos que operan en Francia).

La implementación de las obligaciones de información previstas por la ley AGEC se está concretando en tres fases diferentes: la primera – que incluye a los productores con una facturación anual superior a 50 millones de euros y al menos 25,000 unidades de producto introducidas en el mercado francés cada año – ya comenzó en enero de 2023 y las otras se sucederán hasta 2025, siempre en función de la facturación anual y del número de productos.

Iniciativas europeas y soluciones emergentes en el mercado

Con el fin de resolver algunos de los puntos más relevantes relacionados con los requisitos normativos mencionados hasta ahora y con el objetivo de explorar las opciones del mercado, la Comisión Europea ha financiado, en el marco del programa Horizon, un proyecto para preparar el terreno para el desarrollo gradual del DPP. Así se fundó CIRPASS, coordinado por el ministerio francés para la energía atómica y las energías alternativas, que se ha encargado de profundizar en los principales aspectos de la normativa y de estudiar posibles soluciones para la creación de estándares y prácticas comunes que permitan la adopción de la herramienta de manera accesible y concreta entre los operadores del mercado (moda y no solo). Al consorcio han participado varios actores de diferentes estados europeos – entre ellos proveedores de soluciones circulares, universidades, centros de investigación y entidades sin ánimo de lucro. Con el fin de difundir los resultados de los estudios realizados, proporcionar actualizaciones sobre el estado de las actividades y mapear las iniciativas relativas al DPP actualmente en curso, ya se han publicado varios trabajos. El primer ciclo de actividades se concluyó el pasado 5 de marzo con una presentación de los resultados obtenidos. Y pronto se espera la reanudación de los trabajos (CIRPASS-2).

Realizando un reconocimiento de las soluciones disponibles en el mercado, la oferta de servicios actualmente es bastante variada y se enfoca en diferentes ámbitos: van desde aplicaciones principalmente orientadas a la trazabilidad de los productos y la recopilación de información sobre los proveedores (utilizadas por tanto para apoyar los sistemas internos de la empresa y/o como repositorios), pasando por soluciones híbridas basadas en la nube e integrables al ERP de la empresa, hasta el desarrollo de tecnologías más sofisticadas basadas en blockchain, con el fin de asegurar mayores niveles de transparencia, autenticidad e integridad del dato. Además, algunos proveedores han lanzado iniciativas destinadas a proporcionar servicios que permitan la activación de un pasaporte del producto de manera más fácil y estandarizada (el llamado DPPaaS – DPP como servicio).

Dado que muchos aspectos aún están en fase de definición, no es posible ni recomendable utilizar un único enfoque. Pero, como en otras normativas comunitarias, rige en todo caso el principio de proporcionalidad por el cual cada operador deberá elegir una solución o un proveedor en función de sus propias posibilidades y tamaño, favoreciendo las tecnologías que sean más afines a sus propias especificidades. Dada la cantidad de datos a producir y el impacto en la trazabilidad en todas las fases del proceso productivo, sigue siendo necesaria la garantía no solo de la conveniencia, sino también de la fiabilidad, disponibilidad y escalabilidad de las dotaciones de las que se sirven las empresas para producir, transmitir y conservar el pasaporte.

También por este motivo, el texto de la propuesta sobre diseño ecológico prevé (en el artículo 19) que los Estados miembros adopten medidas apropiadas para apoyar a las pymes en la aplicación de las especificaciones de diseño definidas en los actos delegados. Además, se prevé asegurar mecanismos destinados a aumentar la conciencia de las pymes sobre estas especificaciones y a crear oportunidades de colaboración, previendo, cuando sea posible, un apoyo financiero (incluso a través de concesiones fiscales), el acceso a financiación, formación especializada para directivos y personal y/o asistencia técnica y organizativa.

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